¿Has oido hablar de Karma Yoga?, hoy hablaremos de este concepto tan interesante. Para empezar te diremos que uno se siente afortunado cuando se encuentra con un karma yogui. Es ese tipo de personas que hacen las cosas sin esperar algo a cambio y que están llenos de pequeños gestos amables.
Karma Yoga hace referencia a cualquier acción consciente que podamos realizar.
Ese acto desinteresado se conoce literalmente como «yoga de la acción». Su leitmotiv es dar, dar y dar. Es perfecto para personas activas.
A menudo se ha entendido que realizar Karma Yoga es ayudar a los demás de forma desinteresada a través de actos caritativos.
Esta es una idea demasiado simple sobre el Karma Yoga, ya que existen infinidad de acciones posibles a realizar de forma consciente.
Karma Yoga implicará cualquier acción en la que el sujeto que la realiza se disuelve en ella totalmente, creando de esa forma una acción perfecta.
Esto se consigue cuando se abandona el egoísmo o necesidad de ganancia personal a través de la acción, es decir, cuando el objetivo de la acción no es el resultado sino su proceso.
KARMA YOGA la acción desinteresada
Cuando realizas acciones en las que no importa ni el hecho ni el resultado son acciones yóguicas.
Esta forma de actuar requiere un esfuerzo, ya que no estamos acostumbrados a este planteamiento y muy al contrario se nos ha enseñado a buscar el final de las cosas: nuestra mente lo entiende todo como algo lineal en el tiempo y el espacio, algo que empieza y termina, cuando en realidad todos son procesos creativos sin principio ni final.
Se trata de un poderoso acceso a la concentración y a la meditación, capaz de convertir lo ordinario en extraordinario o, como dice el maestro Tich Na Ham, «Lavar los platos por lavar los platos».
Serenidad y la plenitud
Cuando por un solo instante podemos saborear la sensación de estar tan centrados en lo que estamos haciendo que no tenemos noción alguna del pasado o del futuro, nos damos cuenta de la serenidad y la plenitud que supone para nosotros, ya que en ese estado no existe ninguna nostalgia sobre lo acontecido ni ansiedad alguna sobre el acontecer.
Si toda nuestra vida es acción, entonces esta tarea es de suma importancia, pues estamos expuestos constantemente a los resultados de nuestras acciones. Si queremos que nuestra vida esté llena de acciones virtuosas, necesitamos cambiar la perspectiva a la hora de ejecutarlas.
Convertir no ya unas pocas acciones, sino todas ellas en acciones conscientes será el objetivo del Karma Yoga. Hacer de nuestra vida una obra de arte en todos los aspectos por nuestro bien y el de los demás.
¿Y tú? ¿Eres un Karma yogui? ¡Cuéntame!
